Carta abierta: te amo.
  Sumergirse en el dolor de las sombras,   en la oscuridad plena,   ahí   donde habitan los miedos,   donde la respiración se entrecorta     y huele a pánico.       Mirar de nuevo los monstruos,   las heridas,   lo que dejaste podrir   debajo de la alfombra.       Tomar el desequilibrio     y brincar,   impulsarse en el aire,   sin contener el mareo.       Recordarse alma,   Sacudir el cuerpo   Enraizarse en el vuelo.       Dejar el control,   descansar,   observar...              Navegar.
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