Hoy los cumplirías feliz. Estarías organizando una comida, ordenando al chofer subir cincuenta sillas, poner el mantel, comprar la cerveza y la botana. Estarías cuidando hasta el último detalle de tu fiesta de cumpleaños. Mientras nosotros, tus nietas, nietos, hija e hijos, estaríamos preocupados ante tu terquedad de festejar los 93 años en plena contingencia de salud. Tal vez recibiríamos uno que otro grito ante nuestros comentarios, pero estarías feliz. A tu manera, muy papun(m). Querido abuelo, ayer te recordaba con cariño. Con la bendición de haber disfrutado tus pláticas, preguntas, anécdotas, ocurrencias y el temperamento que te creaste. Eras duro, pero en los últimos meses que compartí contigo descubrí a un ser humano igual que yo, lleno de temores, sueños, fuerza y esperanza. Para ti el presente era tener los ojos abiertos ante el futuro. Eras visionario. Hoy que no estás querido papun(m) quiero contarte que planear se puede poco, que el futuro es incierto, que lo único...
Textos de un viaje al centro de mi misma