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Mostrando entradas de diciembre, 2015

Parte 4. Explosión en 3,2,1

Vacaciones de invierno. Destino: Bosques de Aria, 700 km al este de Fuco. Ese día la ciudad nos despidió con 24°C. Éramos un grupo de gustos diversos y peculiares. Unos más amigos que otros, pero con el gusto por la diversión.  Llegamos a la estación. Entre risas nos subimos al tren. Listos para partir miré por la ventana, en el horizonte divisé el descontrol. Llegamos a Aria, bosques de eterno verdor. La quietud inundó mi cuerpo.  Entramos al cuarto. C ada uno puso su maleta sobre una cama. El azar eligió, d esde esa noche dormiríamos juntos. Las vacaciones adquirieron sus viciosa rutina: comida, alcohol, fiesta y de vuelta al inicio. Era lo único para hacer. En mi inmadurez perdí la oportunidad de sumergirme en el silencio que se respira en Aria. La quinta noche mi cuerpo no resistió más. Llegué al límite, el vodka me superó. Necesitaba volver al cuarto y tú me acompañaste. En el camino hablamos de la amistad, del amor, de nuestros anhelos y fantasías. Habla...

Parte 3. Amistad

Hay gente que dice que los hombres y las mujeres no pueden ser amigos. Antes rechazaba la idea, pero con el paso del tiempo descubrí que la atracción entre un hombre y una mujer, la mayoría de las veces, es innata.  El ser humano desde su característica sexual y más animal desborda sensualidad e instinto.  Aunque no lo acepte, siempre está en la búsqueda de experimentar matices de placer. Hoy afirmo que un hombre y una mujer no pueden ser amigos.  No pueden si experimentan una atracción como bomba de tiempo a la espera a ser detonada. De ser así deberán  enredarse las lenguas, ensuciarse el cuerpo, gemir, explotar, ser sudor y caos. Tendrán que hacer trizas la seducción para que después puedan ser amigos o no. Tú y yo fuimos “amigos” durante años. Transitamos juntos la montaña rusa de la vida. Compartimos fiestas y borracheras. Crecimos en el intelecto y en lo espiritual. Fuimos horas de pláticas, risas y viajes. Vimos pasar amores, desamores y fantasías sex...

Parte 2. Recuerdos borrosos

Es difícil relatar cuando nos conocimos. Cada recuerdo son motas de polvo aglutinándose, pero hay un momento claro. Era Julio, las calles nocturnas de la ciudad de Fuco sufrían los estragos de las lluvias. Sudaban humedad. Esa noche tenía una fiesta y veintitrés años. No me pregunten qué ropa usé. Seré honesta, no me acuerdo. Solo sé que me vestí de baja estima, en la cabeza coloqué imaginación -infaltable- y en los labios timidez con una pizca de falsedad. Es poco lo que guardo en mi memoria. A decir verdad, la gente y el festejo pasan a un segundo plano si pienso en el instante en el que nuestros cuerpos se tocaron. Eras el primo de la cumpleañera y yo su amiga. Ella nos presentó. Eras un hombre más, sin importancia, o al menos eso pensé. Transcurrió la fiesta. Con mi falta de coordinación me atreví a bailar. En la pista de baile formamos un círculo. Bailamos. Tú a mi lado. Luego hicimos un trencito. Ahí, entre la vorágine y el juego, tu mano tocó mi cintura. Todo ...

Amor valiente

Dejarse dominar por el miedo es fácil.                                                     Entregarse al amor es valentía .

De amistad, amor y otros enredos

A partir de hoy, cada viernes publicaré partes del relato breve sobre la amistad, el amor, el sexo y otros enredos.  Para no perderte ninguna entrega podrás encontrar los textos en la etiqueta bajo el nombre  "De amistad, amor y otros enredos" “A veces, el amor y la amistad se cruzan y a alguien le toca fingir” Anónimo Parte 1 ¿Permiso? Son las 4  am. Estoy frente a este artefacto creado para reflejarme en él. Ignoro las arrugas, pero no mis ojos perdidos. Nunca me han gustado los espejos. Te mienten o te delatan. Cualquiera de las dos es la misma mierda que trastoca la autoestima. Me restan tres horas antes de que los cincuenta me alcancen. La verdad es que los últimos tres años fueron un parpadear. Se me ha ido la vida entre las tareas del hogar, el trabajo en la agencia publicitaria y el ahorro para realizar el viaje de mis sueños a Tailandia. Aún en la certidumbre de la rutina sé que hay algo que no está bien. Este áspero insomnio no es pro...